El Kimono es una prenda de la que todos sabemos, ya sea por películas, ilustraciones o pasarelas, lo hemos visto como la clara representación de la cultura japonesa que es, sin embargo, el día de hoy nos adentramos en sus inicios, resolveremos aquellas dudas sobre cómo surgió y quienes lo usan.
Kimono es una palabra compuesta que significa ki “llevar puesto” y mono “cosa, por lo que podríamos entender que su significado inicial es ropa. Al inicio era llamado gofuku, que significaba “Ropa de Wu” por que estaban influenciados por la ropa china tradicional, el hanufu y la existencia de esta prenda data del siglo V.
Los tipos de kimono corresponden al estado civil, la edad, género y a la formalidad de las circunstancias, ya que estas otorgan el simbolismo del mismo, como si es usado en una ceremonia formal, los colores y la tela suelen variar.
El kimono a través de la historia.
Antes del Periodo Edo, era llevado sin ninguna distinción en específico, simplemente servía para que las personas se cubrieran, lo similar a los taparrabos usados por los indios en América, solo una prenda usada por todos. Fue hasta que llegó el Edo, periodo en el que Japón tuvo un crecimiento económico importante, que las personas comenzaron a usarlo con intenciones específicas y distinciones, conocido entonces bajo el nombre de “Kosode”. La distinción en un inicio solo dependía de la tela, ya que aquellos que tenían más dinero o un mejor estatus social, lo demostraban llevando kimonos muy elaborados, de telas rebuscadas y colores intensos.
Entonces, el Kosode comenzó a adaptarse a cada persona, desde la tela, el corte y el diseño, comenzaron a cobrar personalidad y a ser usados por estética más que por necesidad. Al grado de que las familias más ricas hacían concursos con el fin de ver cuál de sus hijas llevaba el kimono más bonito y lujoso.
Las personas tenían acceso a los mismos kimonos de la nobleza, siempre que pudieran pagarlos, por eso el Emperador decidió establecer una serie de normas sobre su uso, evitando así que se volviera una prenda común y pasara al olvido con el paso de las modas, estas normas establecían quien podía llevar que tipo de kimono según su estatus social y la situación en la que se usaba uno u otro.
Por ejemplo, los kosodes de las mujeres solteras debían llevar las mangas más largas que el resto y debían atar el obi, esta tela fina que se coloca por encima del kimono, a la altura de la cintura de distintas maneras. A sí mismo, los estampados se usaban con animales y flores para distinguirlos por estación del año o evento.
Posteriormente en el Periodo Meiji, Japón entró en lazos con el Occidente y el kimono fue adaptado a nuevos estilos de teñido de la tela, los colorantes artificiales y la máquina de coser. Con este cambio, también se comenzó a permitir que las personas que no fueran nobles, militares o estudiantes usaran ropa con prendas occidentales, clasificando el kimono de ser una prenda común de uso diario a algo más exclusivo y con un significado preciso.
Así avanzo el kimono hasta 1912 con la llegada del periodo Taisho, el cuál fue un gran revelador para el kimono como lo conocemos en la actualidad, pues se comenzó a usar una seda conocida como meisen, mucho más barata, así que para que aquellos que los vendían se vieran beneficiados de usar tela barata, añadían estampados muy abstractos y atrevidos, en colores muy vivos, para distraer la atención de la tela y añadirle ese toque de elegancia que los caracteriza.
El kimono en nuestros días.
Con el paso de los años, el kimono comenzó a industrializarse, dejó de ser pintado y confeccionado a mano y a hacerse en menos tiempo, sin el trabajo del teñido y la construcción de uno tradicional, su precio descendió y gente incluso de fuera de Japón comenzó a llevarlo.
Así se volvió una prenda calificada de pesada, incomoda y poco práctica, siendo sustituido por la ropa común como la mezclilla, las playeras y otro tipo de prendas del día a día como lo conocemos. Aunque no desapareció, esta prenda sigue formando parte de la cultura japonesa, usado en festivales y ceremonias sintoístas.
Por supuesto existen personas que aún lo llevan a diario, como quienes se dedican a las ceremonias del té, la corte imperial o las geishas. El kimono se alejó de ser una prenda casual del diario, para volverse una prenda exclusiva hasta convertirse en un símbolo de la cultura japonesa, una vestimenta típica, parte de la identidad del país nipón.
Ahora bien, hay quienes se niegan a dejarlo marchar, pues el kimono ha formado parte de la gran industria de la moda, desfilando en todo tipo de pasarelas, en una variedad de modelos, diseños, tamaños y colores, algunos mas apegados a lo tradicional y otros por completo alejados de sus días de gloria, se combinan con otras prendas, incluso jeans y se lucen con otros accesorios modernos, o incluso son el accesorio o complemento.
Ahora mismo, podemos encontrar una variedad de kimonos, que no tienen nada que ver con los originales en casi cualquier tienda de ropa, estos suéteres largos, estampados y elegantes. Si te interesa conocer más sobre el kimono moderno y su participación en la industria de la moda, no te pierdas este artículo: ¿Tradición o evolución? El kimono moderno.
Como lo ves, el kimono no comenzó siendo lo que ahora es, pasó por muchas transiciones a través de los años que cambiaron por completo la perspectiva de esta prenda convirtiéndola en algo místico, elegante y exclusivo.