Muchos hombres y mujeres en Japón, deciden vivir como hikikomori después de pasar por una constante ansiedad y acumulación de estrés derivado de la presión social, abandonan la vida que llevaban en sociedad para mantenerse encerrados en la habitación de sus hogares sin salir en ningún momento.
¿Alguna vez te has sentido frustrado o agobiado? ¿o quizá en algún momento de tu vida te sentiste al borde de la desesperación? Ese momento en el que la presión social y las altas expectativas te hicieron desear alejarte de todo y de todos ¿no? Recuerda cómo te sentiste, trae a tu mente los pensamientos que cruzaban por tu cabeza en aquellos momentos de tu vida, ¿lo recuerdas? Ahora intenta imaginar que te sientes de esa forma todos los días de tu vida sin importar el lugar donde te encuentres, insoportable ¿no? Eso mismo es lo que alguna vez sintieron las personas que, obligados a vivir bajo una constante presión, prefirieron vivir en el aislamiento total, alejados de cualquier contacto con la sociedad, a esas personas se les conoce comúnmente en Japón como “hikikomori”.
Día a día, en todo el mundo, las personas suelen verse obligados a pasar por decenas de situaciones incomoda y agobiantes que las mantiene en un constante e insólito estrés, partiendo desde situaciones escolares, presión laboral o familiar, e incluso el manifiesto de la presión social por desempeñar tu vida en busca del éxito y nada más. En Japón, estas situaciones son llevadas al límite, pues la presión social y el constante hostigamiento por llevar a cabo correctamente las diversas normas morales de la cultura se mantienen latente en todos los ámbitos sociales. Muchos hombres y mujeres en Japón, deciden vivir como hikikomori, después de pasar por una constante ansiedad y acumulación de estrés, abandonan la vida que llevaban en sociedad para mantenerse encerrados en la habitación de sus hogares sin salir en ningún momento. El aislamiento voluntario pude prolongarse por meses e incluso años.
Hikikomori se puede traducir como “reclusión” o “aislamiento”.
Pero te preguntarás, ¿cómo es posible que alguien pueda sobrevivir sólo en su cuarto por tanto tiempo? En realidad es bastante simple, los hikikomori si salen de su habitación en ciertas ocasiones, ya sea para ir al baño o para comer, pero no te confundas, esto lo hacen únicamente en momentos de mucha necesidad, además de que suelen hacerlo a altas horas de la noche, cuando el resto de las personas se encuentran en un profundo estado de sueño, para no tener que encontrarse con alguno de los familiares con los que comparten hogar. No necesitan del contacto directo, ni físico con ninguna otra persona, solo les basta tener una computadora en la cual puedan pasar largas horas navegando por internet o un videojuego en el que puedan gastar su tiempo y energía, eso es todo.
Existe una asociación japonesa que se encarga de ayudar a las personas que viven como hikikomori a través de las notas de su periódico digital llamado Hikikomori Shinbun. Sus artículos de apoyo se muestran en inglés y japonés.
Para las familias de los hikikomori, el aislamiento social es una cuestión de deshonor y vergüenza. A menudo las familias de estas personas deciden afrontar ésta situaciones solos por temor a ser juzgados por los demás, pueden tardar años antes de pedir ayuda a un centro de atención especializada o de si quiera hablarlo con alguien al respecto. Cuando se les pregunta por el bienestar de los recluidos, suelen incluso dar excusas respecto al por que no se les ha visto fuera, “se encuentra de viaje”, “está ocupado, tiene muchas actividades” son solo algunas de las explicaciones que se dan.
Se cree que el hikikomori es la consecuencia de la presión constante en la sociedad moderna, así como por las nuevas tecnologías que brindan una fácil comunicación y entretenimiento solitario.
El honor y su reservada postura los orilla a no entrometerse en la vida del hikikomori por mucho que estos deseen hacerlo. La cultura y el discreto estilo de vida familiar les hacen pensar que deben dejarlos pasar por su aislamiento sin mayores percances ni mucho menos forzarlos a salir. La independencia del estilo de vida japonés los obliga a respetar la privacidad del hikikomori aunque esto implique no ver su rostro ni a volver a oír la voz de su ser querido en años.
Los padres de los hikikomori no pueden evitar sentir cierta incertidumbre o preocupación por la salud de su hijo y a menudo creen que lo único que pueden hacer al respecto para ayudar a su privado ser querido es apoyarlo a cubrir sus necesidades básicas, por lo que preocupados por su bienestar físico, estos familiares (comúnmente las madres), suelen llevar bandejas con comida frente a la puerta de la habitación de su hijo para que se pueda alimentar. La única satisfacción de estos padres es ir rutinariamente a recoger por las mañanas, en el mismo lugar, la bandeja ahora vacía que dejaron la noche anterior repleta de alimento, pues esto indica que su hijo se alimentó y que aún se encuentra vivo.
Existe un caso de hikikomori en el cual la madre de un joven temía hablarle a través de la puerta a su hijo, ya que este se había encerrado en su cuarto hace años atrás cuando tenía sólo 11 años, por lo que temía no reconocer su voz adulta.
A pesar que se conoce los motivos que orillan a cientos de miles de personas en Japón a vivir recluidos en completa soledad por voluntad propia, se calcula que por lo menos medio millón de personas viven bajo estas condiciones. Es una condición de la cual, los expertos aún desconocen una gran variedad de aspectos que implican desde el tratado y la superación del trauma, hasta el nacimiento y origen del mismo.
El hikikomori es una condición, que a pesar de que se dio a conocer en Japón por primera vez, cada vez se ha estado manifestando más y de igual manera en diversas partes del mundo en la actualidad.
¿Qué te pareció el hikikomori? ¿Ya conocías este modo de vida? Queremos saber tu opinión, por lo que no dudes escribirnos en los comentarios y compartirlo si te pareció interesante.
1 comentario
[…] que en Japón existe un tipo de aislamiento social llamado hikomori? lo practican […]